La Superintendencia de Industria y Comercio, SIC, dio luz verde a la integración entre Tigo y Movistar, pero dejó claro que la operación no avanza sin restricciones. Aunque el análisis abarcó 19 mercados, la SIC determinó riesgos en cuatro segmentos clave, lo que obligó a imponer condiciones para evitar afectaciones a la competencia.
Las medidas buscan proteger a operadores que dependen del acceso a redes mayoristas, como el Roaming Automático Nacional y los servicios para móviles virtuales. La SIC exigió tarifas reguladas con descuentos que van del 11% al 46%, así como la eliminación de cláusulas que limitaban el funcionamiento de los Operadores Móviles Virtuales, con el fin de garantizar un mercado equilibrado frente al nuevo actor integrado.
